12 feb 20233 Min. de lectura

Despedida en el Delta.

Actualizado: 27 feb 2023

Te invito a leer, nuestra aventura en el Delta. Invitada por mi colega y amiga Marlen Dietrich nos subimos a un barco junto a Aylin para celebrar la despedida de un atractivo muchacho a punto de dar el ¡Sí!

Ellos, un grupo de 15 chicos entre 35 y 40 años, lindos, fuertes y con toda la onda, oriundos de Pcia de Buenos Aires. Nosotras, chicas con experiencia en animar y entretener fiestas de adultos.

Somos 3 chicas que nos conocemos bien y podemos jugar entre nosotras si eso les exita. Solemos iniciar el juego bailando y tocándonos entre nosotras, primero con ropa y luego, poco a poco, entre besos y caricias, las prendas van cayendo al suelo hasta quedar vestidas de Eva.

Como en toda despedida de soltero el clima era de buen humor, risas, complicidades y sobre toda mucha exitación. Cada quien quería hacer lo suyo y ver qué hacían los demás. El que tiraba la primera piedra era quien recibía mayor atención.

La embarcación estaba muy linda y confortable, lo jugoso del encuentro estaba en el camarote que tenía aire acondicionado.

Los afortunados chicos fueron bien recibidos y no hubo restricciones. Algunos eligieron tener la atención de las 3, otros de 2 y alguno más tranquilito optó por una chica a la vez. ¡Imaginátelos recibiendo la boca de 3 chicas a la vez en sus cuerpos! Nada mejor que eso -decían- mientras poníamos nuestra tención en cada una de sus zona erógenas.

En mi caso cambié la rutina del gimnasio de ayer por "gym-sex" mientras miraba a las chicas pelearse por la lechita de uno y otro. ¡Qué espectáculo! Y sí, otra cosa para aclararles es que nos gusta verlos acabar y gozar de la leche con ustedes. A veces nos peleamos por lamerla del cuerpo de otra chica, otras la recibimos directamente en nuestra boca, otras veces besamos a la chica que la haya recibido en un beso lechoso, rico y espeso. ¡Me explotan las papilas gustativas en esos momentos!

Disfruté de mirar ese espacio compartido por un cupo, enseguida se llenaba y otros golpeaban la puerta ansiosos por entrar. La procesión se mantuvo por mucho tiempo, el suficiente como para que cada uno de los 15 chicos pudiera pasar al menos una vez aunque la mayoría se hechó más de uno. Yo tuve la suerte de estar con 5 chicos que hicieron de las suyas y recibí mis buenas sesiones de sexo y sus correspondientes lechazos, que disfruté.

El día estuvo radiante, el barco era grande y hermoso, anduve en biquini dando una vuelta a su alrededor. El rio estaba impecable, me tentó darme un chapuzón y me sequé un ratito al sol.

Al que se casaba le dimos el gusto de atenderlo con la más profunda atención y le sacamos mucha lechita -además de varias sonrisas- que compartimos entre las tres. Incluso disfrutó del totó de Marlen -un culo muy dispuesto a ello-. (Marlen Dietrich en el presente está vinculada a otras actividades, pero puedo hacer alguna excepción y pasarles el número algún conocido copado).